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Por Diana Avellaneda A.
Cuando se trata del Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá todas las cifras son impresionantes, no por nada se promociona como uno de los festivales de artes escénicas más grande del mundo. Las cifras del Festival nos revelan no sólo la magnitud del trabajo que requiere hacer posible este evento sino los secretos que se esconden en su realización.
El Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá, no es una empresa improvisada. Desde 1988 y cada 2 años ha logrado producir el evento artístico más completo en cuanto a artes escénicas se refiere. Dirigida y producida durante 20 años por Fanny Mikey, hasta su muerte en agosto del 2008; este año se realiza su XII edición. En sus primeros 20 años de existencia el Festival ha logrado convocar alrededor de 584 compañías de 51 países diferentes. Con cada edición el número de compañías vinculadas aumenta, así como el número de países invitados. Este año se suman a la lista los representantes de Cataluña y las Islas Baleares como invitados de honor.
En la actual edición del Festival se ha alcanzado un récord de 294 compañías de teatro de los 5 continentes, 214 colombianas y 80 internacionales en representación de otros 40 países. Pero lo que este grupo de personas logra es difícil de contabilizar. Entre ellos se conforman hasta 30 grupos de teatro callejero, 5 internacionales y 25 nacionales; también 30 grupos de teatro infantil entre los que se encuentran 6 grupos internacionales y 7 colombianos, 8 grupos de títeres, 8 de marionetas y 3 de teatro negro entre otros; 8 cuenteros internacionales y 12 nacionales y hasta 22 agrupaciones musicales colombianas; 37 obras colombianas, 14 americanas, 8 asiáticas, 1 africana y 40 europeas sólo en salas. Aquí es donde toca sacar la calculadora para llegar a las 66 presentaciones diarias, que suman un aproximado de 1.056 funciones en total, lo que representa un promedio de 2.112 horas en escena que se presentan en una maratón artística de 16 días. Y para aquellos que se han formado la idea de que el Festival es una expresión elitista del arte, de la que sólo se puede disfrutar si se cuenta con dinero para costosas boletas, vale la pena sumar las 511 presentaciones que se ofrecen de manera gratuita frente a 80 obras internacionales y 39 nacionales que se presentan con boleta en sala. Son 12 obras internacionales y 65 nacionales de teatro de calle, 26 obras de teatro infantil y 40 comparsas que cualquiera puede apreciar desde el desfile inaugural del Festival.
El Festival es diverso, no sólo en el tipo de público para el cual está abierto, sino en todos los tipos de expresión artística que ofrece. No se queda sólo en el formato de los escenarios de las formales salas de teatro sino que combina hasta 14 modalidades diferentes de expresión artística como el teatro callejero, el teatro juvenil e infantil, cuentería, títeres para niños y adultos, circo, performance, pantomima, stand-up comedy, lecturas de cuentos por actores y actrices, espectáculos de improvisación, danza clásica, música de grupos nacionales e internacionales, además de talleres especializados, exposiciones académicas, exposiciones comerciales, conferencias, rumba. Así el Festival abre también sus puertas a una diversidad de artistas que buscan un espacio para mostrar su arte. Solo para elegir los espectáculos de stand up comedy, danza, magia, catch de improvisación y música que llenarían la oferta cultural del Café de la Comedia se escucharon hasta 800 propuestas para hacer el casting.
Por su parte, 14 centros comerciales se vincularon esta vez como escenarios, sumándose a otros 5 centros comunitarios, 50 espacios populares de teatro callejero, 5 espacios no convencionales, 6 carpas en Ciudad Teatro y 22 salas de teatro; de modo que los escenarios no estén limitados en número ni en distribución a lo largo de la ciudad. Según las cuentas de los productores, en estos escenarios se esperan recibir más de 3 millones de personas para lograr superar la cifra de visitantes del Festival pasado, las autoridades de Cartagena apenas sueñan con recibir 2 millones de turistas para el 2015. En cuanto a Ciudad Teatro, se calcula una población flotante de 35.000 personas por día aproximadamente, superior a la población residente de Ciudad Bolívar, Melgar y sin ir más lejos Buenos Aires, Cauca- por supuesto.
Desde ya las cifras dan motivos para mantenerse optimistas; desde el primer día 150.000 salieron a presenciar y participar del desfile inaugural, lo que equivaldría a la asistencia de 3 conciertos de Metallica con lleno total en el Simón Bolívar.
Para entretener a tal cantidad de espectadores se cuenta con 2.884 actores. Unos 2.500 artistas involucrados sólo en el desfile de inauguración. La calidad de estos artistas es tan variada que entre ellos se pueden contar 12 “próceres” de nuestra independencia, tan reconocidos como Bolívar y Nariño, quienes cobrarán vida y conversarán con el público en medio de las presentaciones de teatro callejero en Ciudad Teatro. Sus nacionalidades también son tan diversas que se llegan a combinar hasta 17 idiomas, para los cuales fue necesario contratar 112 traductores. Al parecer el más difícil de traducir por la escasez de interpretes en el país fue el finés, para el cual sólo pudo contactarse una estudiante de la Universidad de los Andes que había viajado a Finlandia de intercambio.
La logística en Ciudad Teatro tampoco deja de ser dispendiosa. Como toda ciudad cuenta con un alcalde, Guillermo Restrepo, ayudado por su equipo de gobierno conformado por 10 secretarios. El cuerpo administrativo y de seguridad de esta ciudad involucra alrededor de 70 personas entre miembros de la Policía, la Cruz Roja y Misión Bogotá que se encargan de la vigilancia y la seguridad, además de 60 personas de logística encargados de orientar a los transeúntes y 25 guías entrenados para proporcionar información sobra las obras que se pueden ver cada día. En total alrededor de 300 personas están dispuestas para coordinar que la vida y el arte funcionen sin interrupción en esta Ciudad Teatro.
En su conjunto el festival cuenta con unos 4.500 empleados, el apoyo 80 trabajadores íntimamente vinculados desde la Fundación Teatro Nacional y los servicios de unas 200 empresas. Más de 400 periodistas nacionales y corresponsales extranjeros están autorizados para el cubrimiento del Festival. Una gran cantidad de personas involucradas y tiempo se requieren para su montaje. Tan sólo para llegar al logo, 690 personas fueron evaluadas por tres jurados para elegir entre sus propuestas una nueva imagen que rindiera honor al legado y al símbolo que representa para los colombianos la figura de Fanny Mikey. Miguel Fernando Otálora de 25 años sería el ganador y autor de la cabellera roja con piernas que reconocen hoy todos como ícono de la más reciente edición del Festival.
El trabajo de los directores y productores no culmina con el cierre del Festival, es un trabajo de gestar y dar a luz cada dos años. Entre edición y edición vuelve un trabajo arduo de selección por parte de las directivas, que deben presenciar una a una las propuestas de las compañías y elegir las obras que logren complacer a un número creciente y cada vez más exigente de espectadores, que esperan que las cifras del festival no sólo nos abrumen con cantidad sino también con su diversidad.
Cuando se trata del Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá todas las cifras son impresionantes, no por nada se promociona como uno de los festivales de artes escénicas más grande del mundo. Las cifras del Festival nos revelan no sólo la magnitud del trabajo que requiere hacer posible este evento sino los secretos que se esconden en su realización.
El Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá, no es una empresa improvisada. Desde 1988 y cada 2 años ha logrado producir el evento artístico más completo en cuanto a artes escénicas se refiere. Dirigida y producida durante 20 años por Fanny Mikey, hasta su muerte en agosto del 2008; este año se realiza su XII edición. En sus primeros 20 años de existencia el Festival ha logrado convocar alrededor de 584 compañías de 51 países diferentes. Con cada edición el número de compañías vinculadas aumenta, así como el número de países invitados. Este año se suman a la lista los representantes de Cataluña y las Islas Baleares como invitados de honor.
En la actual edición del Festival se ha alcanzado un récord de 294 compañías de teatro de los 5 continentes, 214 colombianas y 80 internacionales en representación de otros 40 países. Pero lo que este grupo de personas logra es difícil de contabilizar. Entre ellos se conforman hasta 30 grupos de teatro callejero, 5 internacionales y 25 nacionales; también 30 grupos de teatro infantil entre los que se encuentran 6 grupos internacionales y 7 colombianos, 8 grupos de títeres, 8 de marionetas y 3 de teatro negro entre otros; 8 cuenteros internacionales y 12 nacionales y hasta 22 agrupaciones musicales colombianas; 37 obras colombianas, 14 americanas, 8 asiáticas, 1 africana y 40 europeas sólo en salas. Aquí es donde toca sacar la calculadora para llegar a las 66 presentaciones diarias, que suman un aproximado de 1.056 funciones en total, lo que representa un promedio de 2.112 horas en escena que se presentan en una maratón artística de 16 días. Y para aquellos que se han formado la idea de que el Festival es una expresión elitista del arte, de la que sólo se puede disfrutar si se cuenta con dinero para costosas boletas, vale la pena sumar las 511 presentaciones que se ofrecen de manera gratuita frente a 80 obras internacionales y 39 nacionales que se presentan con boleta en sala. Son 12 obras internacionales y 65 nacionales de teatro de calle, 26 obras de teatro infantil y 40 comparsas que cualquiera puede apreciar desde el desfile inaugural del Festival.
El Festival es diverso, no sólo en el tipo de público para el cual está abierto, sino en todos los tipos de expresión artística que ofrece. No se queda sólo en el formato de los escenarios de las formales salas de teatro sino que combina hasta 14 modalidades diferentes de expresión artística como el teatro callejero, el teatro juvenil e infantil, cuentería, títeres para niños y adultos, circo, performance, pantomima, stand-up comedy, lecturas de cuentos por actores y actrices, espectáculos de improvisación, danza clásica, música de grupos nacionales e internacionales, además de talleres especializados, exposiciones académicas, exposiciones comerciales, conferencias, rumba. Así el Festival abre también sus puertas a una diversidad de artistas que buscan un espacio para mostrar su arte. Solo para elegir los espectáculos de stand up comedy, danza, magia, catch de improvisación y música que llenarían la oferta cultural del Café de la Comedia se escucharon hasta 800 propuestas para hacer el casting.
Por su parte, 14 centros comerciales se vincularon esta vez como escenarios, sumándose a otros 5 centros comunitarios, 50 espacios populares de teatro callejero, 5 espacios no convencionales, 6 carpas en Ciudad Teatro y 22 salas de teatro; de modo que los escenarios no estén limitados en número ni en distribución a lo largo de la ciudad. Según las cuentas de los productores, en estos escenarios se esperan recibir más de 3 millones de personas para lograr superar la cifra de visitantes del Festival pasado, las autoridades de Cartagena apenas sueñan con recibir 2 millones de turistas para el 2015. En cuanto a Ciudad Teatro, se calcula una población flotante de 35.000 personas por día aproximadamente, superior a la población residente de Ciudad Bolívar, Melgar y sin ir más lejos Buenos Aires, Cauca- por supuesto.
Desde ya las cifras dan motivos para mantenerse optimistas; desde el primer día 150.000 salieron a presenciar y participar del desfile inaugural, lo que equivaldría a la asistencia de 3 conciertos de Metallica con lleno total en el Simón Bolívar.
Para entretener a tal cantidad de espectadores se cuenta con 2.884 actores. Unos 2.500 artistas involucrados sólo en el desfile de inauguración. La calidad de estos artistas es tan variada que entre ellos se pueden contar 12 “próceres” de nuestra independencia, tan reconocidos como Bolívar y Nariño, quienes cobrarán vida y conversarán con el público en medio de las presentaciones de teatro callejero en Ciudad Teatro. Sus nacionalidades también son tan diversas que se llegan a combinar hasta 17 idiomas, para los cuales fue necesario contratar 112 traductores. Al parecer el más difícil de traducir por la escasez de interpretes en el país fue el finés, para el cual sólo pudo contactarse una estudiante de la Universidad de los Andes que había viajado a Finlandia de intercambio.
La logística en Ciudad Teatro tampoco deja de ser dispendiosa. Como toda ciudad cuenta con un alcalde, Guillermo Restrepo, ayudado por su equipo de gobierno conformado por 10 secretarios. El cuerpo administrativo y de seguridad de esta ciudad involucra alrededor de 70 personas entre miembros de la Policía, la Cruz Roja y Misión Bogotá que se encargan de la vigilancia y la seguridad, además de 60 personas de logística encargados de orientar a los transeúntes y 25 guías entrenados para proporcionar información sobra las obras que se pueden ver cada día. En total alrededor de 300 personas están dispuestas para coordinar que la vida y el arte funcionen sin interrupción en esta Ciudad Teatro.
En su conjunto el festival cuenta con unos 4.500 empleados, el apoyo 80 trabajadores íntimamente vinculados desde la Fundación Teatro Nacional y los servicios de unas 200 empresas. Más de 400 periodistas nacionales y corresponsales extranjeros están autorizados para el cubrimiento del Festival. Una gran cantidad de personas involucradas y tiempo se requieren para su montaje. Tan sólo para llegar al logo, 690 personas fueron evaluadas por tres jurados para elegir entre sus propuestas una nueva imagen que rindiera honor al legado y al símbolo que representa para los colombianos la figura de Fanny Mikey. Miguel Fernando Otálora de 25 años sería el ganador y autor de la cabellera roja con piernas que reconocen hoy todos como ícono de la más reciente edición del Festival.
El trabajo de los directores y productores no culmina con el cierre del Festival, es un trabajo de gestar y dar a luz cada dos años. Entre edición y edición vuelve un trabajo arduo de selección por parte de las directivas, que deben presenciar una a una las propuestas de las compañías y elegir las obras que logren complacer a un número creciente y cada vez más exigente de espectadores, que esperan que las cifras del festival no sólo nos abrumen con cantidad sino también con su diversidad.
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